BOXEO TOTAL: Guardaespaldas, tricampeona de boxeo, policía y ¡muy mexicana!

sábado, 10 de septiembre de 2016

Guardaespaldas, tricampeona de boxeo, policía y ¡muy mexicana!

Irma García es prueba de que la voluntad y el compromiso de una persona pueden llevarla hasta donde lo desee
Irma García une su vocación de servicio como policía con su pasión por el boxeo. Foto: Cortesía
Irma García une su vocación de servicio como policía con su pasión por el boxeo. Foto: Cortesía

MEXICO.- Con sólo un movimiento, Irma García (Cuautitlán Izcali, 1982)  puede poner fuera de batalla “a cualquiera”. Y cuando lo dice pasa de largo por enemigos comunes y se va hasta criminales organizados,  golpeadores y campeones de boxeo.
“No tengo que sacar el arma”, aclara. “Con un golpe basta”. Un golpe bien puesto, claro.

Irma “La Torbellino” como se le conoce tras el ring, tiene tres títulos de campeonato como boxeadora: dos del Consejo Mundial de Boxeo y uno de la Asociación Nacional de Boxeo, aunque ella no habla sólo de los camorrazos físicos, sino intelectuales, sociales y de género.
Ahora mismo, sentada al borde del cuadrilátero en el Centro de Mando de la Policía Federal -la institución de la que es parte desde hace 13 años-  puede dar una lección de lo que puede llegar una persona con empuje.
Tiene el ojo amoratado tras su última pelea del pasado fin de semana, camino al Campeonato Absoluto Peso Gallo que hoy tiene una atleta sudafricana y sobre el que tiene puesto el ojo y no duda en obtener, como todo aquello en lo que apuesta.
Por eso golpea una y otra vez con los guantes. Zurda, zurda, gancho.
“Hay veces que tenemos que pararla porque ella quiere más y más y su cuerpo puede resentirlo”, dice Daniel García, su entrenador desde hace cinco años y parte del equipo que forma deportistas en la Policía Federal en sus ratos libres. “No es obligatorio, pero todo el policía que quiera ser algo más puede venir y lograrlo”.
Aquí llegaron otros campeones del boxeo como Miguel Ángel Aguilar, “El Tremendo” Estrada y la misma Irma, para alternar su trabajo como guardianes de seguridad y su gusto por el deporte.
“No todos los policías somos como de esos que se habla más: los corruptos”, ataja Irma después de una casi obligada sesión de pesas y ya relajada, mientras toma un café veracruzano de frente a las empastadas canchas de fútbol.
Ella cree en su valor como vigilante del orden en el país. Durante siete años fue guardaespaldas de funcionarios de primer nivel -como llaman a los secretarios (ministros) de Estado, al presidente, procurador, etcétera- y por quienes arriesgó su vida con gusto.
No se arrepiente ni un solo momento de su elección, de no tener hijos, ni novio, de no salir de tertulias y parrandas y en cambio tomar horas de capacitaciones, porque su realización personal va más allá de los estereotipos.
“Estoy muy orgulloso de ella, de su manera de ser mujer”, observa Pedro Gatuso, de 42 años, otro policía federal y entrenador.
“Nunca es tarde para empezar a hacer lo que uno quiere”, dice.
La carrera de García como policía federal inició, de hecho, después de terminar la carrera de leyes. En aquel tiempo su padre llegó con un periódico a casa y ahí se enteró que la institución buscaba elementos.
Al principio su familia se mostró entusiasmada, pero cuando vieron que iba en serio comenzaron a cuestionarla. “Te van a matar”, pronosticó su único hermano, para meter leña al fuego a los atormentados padres, hasta que la madre tomó el toro por los cuernos.
– Si lo vas a hacer, hazlo bien- fue lo último que dijo al respecto.
Irma dice que, desde entonces, no ha hecho otra cosa. Se entrenó con el FBI, la CIA y el Servicio Secreto de EEUU; se coronó campeona de box, estudia una  maestría en criminología y capacita a niños para fomentar en ellos el amor al deporte o persuadirlos del daño del consumo de drogas.
Todo, además de ser feliz.

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