La frase del título suele ser empleada como una herramienta de aliento, una esperanza en las expectativas positivas o una apuesta al futuro cercano. El momento del boxeo de primer nivel, se ajusta como anillo al dedo a esa frase. El 2016 no ha sido el mejor de los años y ha sobrevivido a la mediocridad gracias al extraordinario nivel de los pesos más chicos. Lo comentamos en julio, en una columna destinada a evaluar la marcha del 2016. Esa vez dijimos que, tal vez, gracias a los pesos pequeños el 2016 no se iría en blanco. Sin embargo, las cosas pueden cambiar y el tramo final de la temporada nos regalará grandes peleas.
Para que eso ocurra el destino parece que se asoció a las necesidades de los fanáticos. Por un lado Saúl “Canelo” Álvarez denunció una lesión en una de sus manos durante su última a pelea contra Liam Smith, razón por la cual no podrá ocupar la fecha del 10 de diciembre. Al mismo tiempo, el impredecible Tyson Fury volvió a cancelar su revancha contra Wladimir Klintschko pactada para finales del mes de octubre.
La pelea de Canelo hubiera servido apenas para ocupar una fecha ya que no sería vendida por el sistema PPV y enfrentaría a un rival a “modo-modo” (esa definición alude al hecho de que, en general, todos los rivales del tapatío son a modo). Al mismo tiempo, la revancha de Fury- Klintschko prometía llevarse el premio a las “grandes payasadas del boxeo 2016”. El británico no se toma en serio este deporte, por ello hasta resulta un alivio no verlo pelear.
La salida de Canelo y de Fury, abrieron la puerta a dos posibles batallas dignas de una audiencia exigente como la del boxeo de primera línea. La fecha del 10 de diciembre, sería ocupada por el combate de unificación de títulos en los medianos de la AMB entre el campeón regular (Daniel Jacobs) y el súper campeón (Gennady Golovkin). Los detalles de esa pelea ya se discuten y no dudamos tendrá lugar en la fecha señalada.
Una batalla pareja, entre dos campeones sólidos, verdaderos, del mismo peso y que en los dos casos afrontarían una prueba sumamente peligrosa. ¡Vaya! Como debe ocurrir siempre entre campeones, enfrentar a los mejores siempre. Para algo son campeones.
En el caso del ucraniano, ya anunció que está buscando rival para diciembre y se maneja la versión de que el interés prioritario sería enfrentar a la nueva sensación de la categoría, el británico Anthony Joshua, campeón pesado de la FIB. Ver al joven monarca que llega buscando construir su gran historia en la categoría contra el campeón veterano que busca recuperar su lugar en lo alto de la división, es una razón sobrada de expectativas positivas en esa posible batalla. La otra gran batalla, equivocadamente devaluada, para lo que resta del 2016 es la que enfrentará al amanecer de noviembre próximo, en Las Vegas, al filipino Manny Pacquiao contra el campeón OMB de los welters, el mexicano Jessie Vargas.
Ese combate tiene muchas aristas positivas y que nos hacen también esperarla con mucha expectativa. En primer lugar, Pacquiao es una atracción en sí mismo y verlo regresar buscando un título en las 147 libras, significa esperar verlo próximo a su mejor versión. Por otra parte enfrenta a uno de los campeones mexicanos de mayor proyección, de estilo explosivo y que busca ganarse su lugar en las grandes ligas del boxeo profesional. Esta pelea es esa gran oportunidad. Una gran actuación para Vargas puede significar el paso definitivo al rol de gran estrella y además el protagonismo histórico de una victoria especial. No dudo que, en caso de perder, Manny Pacquiao abandona definitivamente este deporte.
La pelea de Pacquiao-Vargas, que curiosamente no se verá por HBO, además del atractivo de ver frente a frente a estos dos rivales, no hay dudas que nos ofrecerá el mejor respaldo del 2016. En las preliminares veremos a Nonito Donaire exponer su cetro súper gallo de la OMB ante el local Jessie Magdaleno y al mexicano Oscar Valdez defender por primera vez su campeonato pluma OMB contra el japonés Hiroshige Osawa. A esos dos respaldos, sumemos la eliminatoria del peso mosca OMB (2 y 3 de la clasificación) entre el chino Zou Shiming y el tailandés Kwanpichit OnesongchaiGym. El ganador enfrentaría a monarca Donnie Nietes que viene de derrotar al mexicano Edgar Sosa.
Amén de esas batallas, hay otras posibles peleas que se discuten por estos días y que podrían sumarse al último tren de la temporada. Abner Mares y Jesús Cuellar; la revancha de Leo Santa Cruz y Carl Frampton, la próxima batalla de Vasyl Lomachenko pactada para el 26 de noviembre, la anunciada pelea de Orlando Salido y Takashi Miura que podría ocurrir sobre finales de año y hasta el regreso de Julio César Chávez Junior, abren un atractivo compás de espera sobre lo que se espera del 2016.
Es cierto que a los pesos pequeños encabezados por el mejor Libra por Libra del planeta, Román “Chocolatito” González, nadie les quita el primer lugar en el podio de la temporada boxística 2016, no obstante, gracias a los GGG, Jacobs, Ward, Kovalev, Pacquiao y Vargas, podemos mantener la expectativa positiva del título: efectivamente, “lo mejor está por venir”.
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