Luego de idolatrar a varios excelsos púgiles de las 126 libras, Venezuela por fin, capturó la corona Mundial de los pesos Plumas en la persona del pegador, Antonio Gómez. El cumanés, hermano menor del ídolo Pedro Gómez, dio una impresionante demostración de poder y calidad boxística al noquear al japonés Shozo Saijo en el 5to round en el Metropolitan Gym de Tokio. Antonio se convertía así, en el cuarto monarca de boxeo nacido en Venezuela, luego del “Morocho” Hernández, Vicente Paúl Rondón y el también cumanés, Alfredo Marcano.
Antes de Antonio, el boxeo venezolano había apreciado la calidad de grandes Plumas como Simón Chávez, Enrique Chaffardett, José Alberto Díaz, Oscar “Torpedo” Calles, Sonny León, Román Blanco, Francisco Bolívar, Pedro Gómez, “Cochocho” Rengifo, pero ninguno pudo coronarse Monarca Mundial de la división, pese a que Simón Chavez “El Pollo de La Palmita” derrotó a cinco Campeones Mundiales.
Tiempo esperando la oportunidad
Antonio Gómez llevaba dos años clasificado entre los mejores de la división y un año esperando por Saijo como aspirante oficial. El 22 de agosto de 1969, debutó en Los Ángeles (Forum de Inglewood) dando la gran sorpresa al derrotar por ko en 9 rounds al clasificado Dwight Hawkins, la misma noche que el ídolo mexicano Rubén Olivares se coronó Campeón Mundial Gallo noqueando en cinco asaltos al australiano Lionel Rose. Luego de este gran batacazo, se acostumbró a ganar en Los Ángeles y derrotó a Gil Noriega, a Fernando Sotelo (en esta se ubicó como Retador Oficial) así como al clasificado mexicano Vicente García en el Nuevo Circo de Caracas. A este, que había noqueado a su hermano Pedro hacía dos años, lo fulminó en el mismo primer asalto.
El Campeón Shozo Saijo
Por su parte, Shozo Saijo había ganado la corona Pluma el 27 de septiembre de 1968 venciendo en el Memorial Coliseum de Los Ángeles al californiano Raúl Rojas. Este había ganado el título vacante, luego del retiro del zurdo mexicano Vicente Saldívar, en par de eliminatorias en las cuales venció por puntos en California a los colombianos, Antonio “Mochila” Herrera y Enrique Higgins, respectivamente. Saijo defendió ese título en cinco oportunidades, antes de verse obligado a enfrentar a Gómez. La primera defensa la efectuó ante el hermano mayor de su verdugo del 2 de septiembre del 71, Pedro Gómez al que venció por puntos. La segunda fue ante el chicano José Luis Pimentel, quien lo había derrotado en Los Ángeles hacía año y medio, pero ahora lo fulminó en apenas dos rounds.
La tercera defensa la hizo ante el chileno Godfrey Stevens, al que derrotó ampliamente por puntos, truncando el sueño del sureño quien pretendía convertirse en el primer chileno que conquistara una Corona Mundial de Boxeo. Seguidamente enfrentó dos veces, al estadounidense Frankie Crawford. Primero en Sendai y luego en Utsunomiya y en ambas ganó por decisión. Para la segunda pelea con Crawford, ya Antonio Gómez era retador obligatorio y los managers de los peleadores debieron acordar un monto de indemnización para el venezolano por apartarse y permitir la revancha entre Saijo y Crawford.
Pero llegó el día de la pelea. 2 de septiembre de 1971. Quinta defensa de Saijo quien ya tenía tres años reinando en la división Pluma por la AMB. No obstante, esta circunstancia el venezolano salió favorito para llevarse el título a su natal Cumaná. Contaba el afamado periodista Carlitos González que, mientras le ajustaban las vendas, antes de la pelea en el Metropolitan Gym de Tokio, Antonio le dijo: ¿“En que round quieres que te lo noquee”? Siguiéndole la corriente, como en una broma, Carlitos le dijo. “En el quinto”. ¿Casualidad o Premonición?, nunca lo sabremos.
La pelea
En el primer round Antonio fue claramente superior fustigando a Saijo con su latigueante Jab. Una y otra vez la izquierda de Gómez surcó los aires atinando en el rostro del Campeón. Al filo de la campana, uno de esos izquierdazos hizo caer hacia atrás a Saijo. Se paró un tanto mareado. El referee no contó presumiblemente porque el round habría terminado allí. En el segundo, Gómez continuó mortificando a Saijo con su izquierda, pero este evidenció que ya estaba prevenido y evitó un poco el efecto del golpe.
Para el tercero, Antonio salió más agresivo y con una derecha corta derribó a Saijo quien se paró, más sorprendido que lastimado. No obstante, Antonio lo siguió afanoso y le recetó cantidad de ganchos tanto de izquierda como de derecha. Saijo no atinaba a defenderse y sólo escapaba. De pronto el japonés se dio cuenta de que sólo enfrentado a su enemigo con sus propias armas, podía evitar la catástrofe. Gran reacción del japonés que se llevó a Antonio contra las cuerdas a punta de golpes. Gómez esquivaba con movimientos de cintura, los golpes, pero no se podía salir de las cuerdas porque Saijo lo bloqueaba y lo empujaba. La campana los sorprendió cambiando golpes furiosamente. Tanto fue así, que Saijo, cuando el referee los separó, asumió una guardia de Karateca, sin darse cuenta.
El 4to round fue un descanso por lo endemoniado que fue el tercero. No obstante, Antonio volvió a lacerar el rostro del nipón con su mortificante Jab de izquierda. La cara de Saijo mostraba ya, los rigores del combate. Tenía uno de sus ojos semicerrado. El quinto se venía en momentos en que la afición nipona estaba en silencio. No les gustaba como iban las cosas en el ring. Saijo se veía hinchado, cansado y aporreado, mientras que el venezolano Gómez estaba sano y fuerte. Un imponente derechazo a la parte inferior de la oreja izquierda hizo rodar a Saijo por la lona. El referee Alfredo Garzó le efectuó el conteo mientras Saijo hacia esfuerzos por enderezarse. Gómez saltó sobre él en busca del remate y lo derribó contra las cuerdas. Su hermano estaba en la esquina y le hacía señas de que iba a lanzar la toalla firmando la rendición.
Pero Saijo era un valiente y le hizo seña de que le diera otra oportunidad para intentar la milagrosa remontada. Sin embargo el venezolano no quería dejar nada al azar e inmediatamente y con gran frialdad llevó a Saijo a su propia esquina, junto a su hermano, y allí mismo lo ajustició con un gancho de izquierda asesino. Gran victoria del venezolano Antonio Gómez en Tokio trayéndose el título mundial Pluma AMB. El séquito venezolano celebraba.
El vendedor de Lotería que vino a Tokio desde Cumaná
Pero dentro del grupo de venezolanos, había un personaje muy singular. Era un cumanés conocido en la capital sucrense como un pintoresco vendedor de loterías. Todos los días se le veía por los alrededores de la Plaza Bolívar, rematando sus “quinticos”. Tenía una meta secreta. Estaba ahorrando para pagar su boleto cuando su ídolo Antonio Gómez disputara el título Mundial fuera de las fronteras venezolanas. Su nombre: Salomón Rivas Silva.
Llegó a Tokio con la delegación venezolana y se le veía celebrando cada golpe de su Campeón. Al regreso posaba para la prensa abrazado con Antonio Gómez y luciendo orgulloso una camisa adornada de textos escritos con la rara caligrafía nipona. Antonio Gómez sigue viviendo en su natal y querida Cumaná. Ya pocos recuerdan sus hazañas. De Salomón y sus “quinticos” de lotería ya nadie se acuerda. No debe estar vivo, en vista de que ya en aquel entonces tenía como 50 años. Tendría 95, si acaso. Ojalá. Lo cierto es que hace 45 años (2 de septiembre de 1971), a través del gran Antonio Gómez, Venezuela conquistó su primera Corona Mundial Pluma, versión AMB.
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