Por Andrés Pascual
Hace rato que leo sobre el dinero que gana Floyd Mayweather jr; la semana pasada supe que Michael Jordan es billonario, fíjese, atletas negros ¿Cree que dicen algo las entrelíneas sobre derechos civiles y la sarta de tonterías peligrosas que ya no pueden utilizar los que viven del cuento? No me reclame sobre “enfrentamientos raciales”, no me apeo en esa parada.
Está bien, “ser rico no es malo”, frase que no es de ningún americano blanco con mucho “billete”, sino de un jefe del comunismo chino fallecido, Den Xiao Ping, que se la escupió a la cara a Mao, a Marx, a Lenin, a los Castro y a las décadas de “economía comunista centralizada” china, hace más de 30 años, con el gesto nada amistoso del inconforme por los resultados de la mentira reciclada y repetida: “gracias por el esfuerzo, pero aquí terminó su labor…”
Sin embargo, lo que nunca podrá evitarse es que el pobre desee lo que tiene el rico ni que el rico quiera más de lo que tiene. Para hacer grandes fortunas se necesitan ingredientes de la personalidad humana que no se compran ni se aprenden en escuelas: auto-control del instinto, voluntad, ambición, capacidad de emprendimiento seria, seguridad en sí mismo, espíritu competitivo con etiqueta ganadora y hasta una pequeña dosis de envidia, quien no sea trabajador ni esté dispuesto a largar el bofe por la boca, no puede hacer el dinero de la familia FORD, tampoco quien escasee de la capacidad para inventar o lograr que la balanza esté a su favor, porque no sepa qué hacer, cómo, dónde y cuándo, mejor aún, con qué… La regla de oro existe por algo.
Lo único grandioso que puede hacer un pobre es una familia grande por respetable y ejemplar, si rompe ese contrato social con infidelidades, si lo pisotea; entonces no es pobre, es miserable por no apreciar lo que Dios fue capaz de ponerle en sus manos, equivocadas a fin de cuentas. Hay tesoros que valen más que el oro, reconocerlo tarde cuesta morirse en vida un poco todos los días…
May jr y Pacquiao…la cosa es que van a cobrar hasta por presenciar el pesaje, el Niño Bonito llevará un juguetico bucal de 25,000 dólares, sí, leyó bien, 25,000 VALE CADA PROTECTOR (de oro y diamantes) que utilice, si acaso necesitara más de uno.
Es enfermiza la letanía de este boxeador, que muestra “su fortuna” a cada momento, incluso en grupos de billetes de a 100 dólares; por lo que nadie puede creer que trata de influir en los jóvenes de su raza para que pongan empeño y “se superen”, una vez que, paralelo con ese hobby desagradable, ha estado la noticia de violencia doméstica contra su mujer, o ex, que le costó una temporadita preso.
Mayweather jr y todos los que como él exhiban sus fortunas de modo público, haciendo titulares cada mañana, lo que demuestran es que no tienen una sola de las condiciones necesarias para hacer dinero, por eso lo pierden, porque son el equivalente de quien lo ganó en juegos de azar como la lotería. Nunca serán millonarios, sino candidatos por turno a la pobreza inevitable que les espera, cuando no puedan boxear ni sepan en qué ocuparse para mantener el dinero multiplicándose.
Yo no estoy “maravillado”, sino asustado, muy preocupado por el futuro del boxeo como disciplina seria en manos de gente que no lo es.
¿Quién ha tenido la culpa de la conversión de un buen boxeador, nada más que bueno, en quién más ha ganado en toda la historia del pugilismo? Por supuesto que no es el boxeador.
Detrás del deporte existen intereses mezquinos, ambiciosos, capaces de pagar a la prensa que se deje corromper para cambiar historias o para construir otras miserables sobre las cenizas de la verdadera y gloriosa leyenda.
Siempre es igual: cuando Robinson vivía y Cassius Clay comenzaba con Angelo Dundee, el Profesor, que estaba arruinado, por lo general era visto en campamentos, programas de televisión o en peleas de Alí desde el camerino o desde ringside con un cronista, casi siempre HOWARD COSEL, el peor de todos, al que le decía y repetía que el peso completo era mucho mejor que lo que había sido él.
Si hubiera decencia y honestidad individual y hasta de grupo, nadie en su sano juicio lo creería, lo mismo ayer que hoy, pero la propaganda fue bestial para imponerlo y nació THE GREATEST ¿Qué le importaba al pobre Sugar Ray, la Maravilla del siglo XX, decir que Alí-Clay era bla, bla, bla…? En medio de su estado financiero deplorable y maltrecho por propia responsabilidad, al verdadero THE GREATEST tal vez lo urgía un buen hamberguer con un vaso de leche (es un decir) y eso podían suministrarselo el Bocón y su Corte, bajo ningún concepto iba a renunciar, por complacer a nadie, de una tarde tibia en medio de tanta frialdad. Los pobres no inspiran lástima, sino atemorizan, desde cualquier ángulo que se vea.
Cuando Joe Louis estaba en Las Vegas, mantenido por Frank Sinatra, que lo tuvo como atracción de taquilla con credencial de “portero” en su hotel, una noche la constelación mediática de Alí hizo su aparición y el propio musulmán le preguntó qué hubiera sucedido en una pelea entre ambos, ni corto ni perezoso, el Bombardero, con la seguridad de que nadie hubiera creído lo contrario, le dijo: “TE NOQUEABA, COMO HICE CON CASI TODOS…”
¿Cuántos millones tiene realmente May jr? A mi modo de ver, eso no es importante, sino, ¿cuánto tiempo necesita para que hagan el beneficio a su favor con el que pueda costearse…?
Hay una pregunta dándole vueltas al combate, se la he escuchado a mucha gente ¿Estarán dispuestos a sacrificar a uno de los dos las respectivas esquinas, o será un pleito con cierta dosis de conveniencia dividida entre dos, la famosa pala por acuerdo de mutuo beneficio?
Con honestidad, no lo creo; aunque, por como han probado una y otra vez al fanático moderno a base de “arreglos” sin resultados económicos negativos futuros, saben que nada sucedería; que, si repiten, como ha sucedido más de 100 veces durante los últimos 20 años, mañana será “la próxima que todo el mundo quiere ver”; saben que volverían a vendérsela más cara a quienes tienen al boxeo, al beisbol, al balompié y hasta a la Madre de los Tomates, en tan precaria situación moral: EL UNA VEZ CONSIDERADO “RESPETABLE PÚBLICO”.
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