Vasyl Lomachenko realizó su primera pelea del 2017, venció sin despeinarse a Jason Sosa y ahora es necesario especular sobre sus futuros rivales. En ese ejercicio y dada la necesidad de evaluar al fenómeno ucraniano contra rivales que midan los alcances verdaderos de su potencial, nos enfrentamos a dos escenarios, cuyo telón se descorrerá en los próximos días. O le eligen rivales de estilo complicado o aprovechando el amor innegociable que su estilo despierta entre los fanáticos, los promotores se podrían ir por la ruta del negocio renunciando a poner en peligro "su negocio". Son tres elementos en los cuales vamos a dividir esta columna: Lo que dejó la batalla contra Jason Sosa, los mejores rivales a enfrentar y los peores rivales que beneficien al "negocio Lomachenko".
Allá vamos.
SOSA NO FUE RIVAL
Llamado a ser la nueva sensación del boxeo profesional con apenas ocho peleas, el campeón súper pluma OMB, Vasyl Lomachenko, realizó su primera batalla del 2017 sin conseguir demostrar nada nuevo, excepto lo que ya sabíamos. El rival de turno, Jason Sosa, sabíamos que era pésimo en defensa y demasiado lento para la velocidad del ucraniano, pero compensaba con su buena pegada y asimilación. Eso no fue suficiente, no le alcanzó ni para empezar. La lentitud lo atornilló y la velocidad del rival lo desorientó. Por momentos, Lomachenko parecía violar las leyes de la física al puro estilo de Flash en el comic de la Liga de la Justicia. El ucraniano se divirtió por casi nueve asaltos con derecho a burlas, toreo y un festival de golpeo, hasta que el equipo del pobre Sosa decidió parar con la humillación.
Lomachenko fue extremadamente bueno, el rival extremadamente limitado y es imposible medir en donde estamos, por ello seguimos igual que antes. El ucraniano es perfecto en el manejo de piernas, luce un boxeo técnico de primer nivel, sus salidas por diagonales para conectar desde los ángulos o sus combinaciones en secuencia de golpeo corto y abrumador, lo hacen diferente y espectacular.
Infelizmente Sosa no daba ni dio la talla. En consecuencia, no avanzamos en su evaluación. Nos quedamos en donde estábamos y mantenemos dudas, no de lo que todos vimos, más bien, de lo que "aún no vimos" en Lomachenko. Su fortaleza al golpeo duro a la zona media, su desempeño en una pelea donde predominen los desplazamientos largos, su comportamiento táctico ante un rival con capacidades superiores para manejar la doble marcha, los giros defensivos y que sepa contra golpear en abanicos cuando lo acosan por laterales. Rivales de brazo largo, de buena pegada y tan inteligentes como Lomachenko en el trabajo sobre piernas, por más que no tengan la velocidad del ucraniano.
Sosa no llenó ningún rubro, excepto el de servir como perfecto actor secundario para que el ucraniano se luciera y encantara a una fanaticada que sueña con ver en él a una suerte de versión mejorada de Mayweather. Pero aceptemos, se puede exagerar con Lomachenko, su itinerario amateur y esa avasalladora marcha profesional le dan combustible a la exageración. Pero verlo como un fenómeno es una cosa y demostrarlo es otra cosa. No contra cualquiera se vende lo mejor. La platea exigente le reclama que ese lugar se lo gane a base de tomar desafíos duros y contra rivales a los cuales deba superar exprimiendo su capacidad. Eso nos lleva al segundo punto del análisis.
BERCHELT Y GARCIA, "RIVALES APROPIADOS"
Miguel Berchelt y Mikey García tienen mucho de lo que reseñamos dentro de los rivales con estilos adecuados para complicar al ucraniano. No olvidemos que al final de la batalla contra Sosa, su primera mención fue el deseo de unificar. ¡Maravilloso! Nosotros también queremos que unifique. En los súper plumas del CMB el campeón es Miguel Berchelt, en la FIB el estadounidense Gervonta Davis y en la AMB el panameño Jezreel Corrales.
Al panameño le llaman "El Invisible", un apodo que le cae como anillo al dedo. Poca gente sabía de él fuera de Panamá, donde (según boxrec) realizó sus primeras 21 peleas como profesional hasta que en el 2016 fue a Japón, venció a Takashi Uchiyama por dos veces y eso le alcanzó para convertirse en campeón mundial de las 130 libras de la AMB. Gervonta Davis noqueó a José Pedraza en enero y le arrebato el cinturón de la FIB, que defenderá ahora por primera vez el próximo 20 de mayo contra Liam Walsh en Londres. Por último, Miguel "El Alacrán" Berchelt venció por KO a Francisco "Bandido" Vargas en enero y se adjudicó el cinturón del CMB en las 130 libras.
En la teoría de lo posible, Berchelt debería pelear contra Takashi Miura, de acuerdo con esas extrañas ecuaciones que suele realizar con sus clasificaciones el CMB. Ya Miura había perdido contra Vargas cuando este era campeón y luego de vencer en el primer asalto a un japonés llamado Jimmy Borbón, que tiene cinco victorias y cinco derrotas en su palmarés, el CMB le otorgó a Miura el derecho a una eliminatoria contra Miguel Román para volver a pelear por el título.
No es cuestionable que Miura vuelva a pelear por un título, pero la pelea contra Berchelt aún no tiene fecha y perfectamente se puede recurrir de nuevo a una de esas extrañas ecuaciones para posponerla en caso de que surgiera una pelea contra Vasyl Lomachenko. Porque ese es el asunto: Berchelt es el mejor rival para evaluar al verdadero Lomachenko.
Después de la victoria del Alacrán sobre Vargas, en mi análisis, escribí que Berchelt fue la "la perfecta convivencia del fajador con el estilista" y entre otras cosas puse énfasis en algunas de las cualidades del mexicano, como el uso del doble jab en pleno avance y ganchos en sucesiones breves, a lo que sumaba la capacidad de trabajar con largos desplazamientos, enviar golpes de poder en retroceso, manejarse con respetable velocidad sobre piernas y un alcance de brazo que supera al de Lomachenko en seis pulgadas y media.
Gervonta Davis, apadrinado por Floyd Mayweather, no está disponible, mientras que Corrales con un estilo técnico bastante respetable aunque lento y previsible, parece un rival a modo, nunca un examen verdadero para el ucraniano.
Berchelt parece tener las cualidades necesarias para probar los rubros que aun generan dudas en el desempeño de Lomachenko. Al mismo tiempo, esa batalla serviría como una excelente etapa previa a la búsqueda del cinturón ligero contra Mikey García. Un García que tiene velocidad, golpeo duro, variedad de herramientas ofensivas y defensivas, buen trabajo sobre piernas y la inteligencia técnica apropiada para ponerle presión al ucraniano en el campo estratégico.
Si el tema es probar los límites, Lomachenko deberá viajar hasta esos límites para probarse a sí mismo y demostrarnos a todos que puede cruzarlos sin problemas. La primera línea fronteriza se llama Berchelt (unificación) y la segunda García (un nuevo título).
LOS RIVALES DEL NEGOCIO
La tercera opción, es la que corresponde manejar exclusivamente a Bob Arum y Top Rank. ¿Qué desean para Lomachenko? ¿Hacer historia dejando que se enfrente a los mejores o hacer historia buscando los rivales fáciles, ganables? La escalera mecánica del boxeo por la que tantos "campeones" han transitado para construir su nutrido palmarés mediante títulos de papel, podría ser la elegida si triunfa el negocio.
En ese caso las cosas pueden estar más claras. Pueden tomar una revancha contra Orlando Salido sabiendo que esta vez será imposible perder o traer a la fiesta al panameño Corrales para que por primera vez se presente en EEUU. Con este último cumplirían el requisito de la unificación y Lomachenko se luciría como lo hizo frente a Sosa. Si eligen a Salido contentaran a los fanáticos del mexicano, (Siri es buen socio para el espectáculo emocionante) pero en términos reales es una batalla devaluada. En primer lugar el mexicano le dio largas al asunto mediante excusas cuando lo tentaron para la revancha. Luego, perdió con Román Martínez (luego noqueado por Lomachenko) y posteriormente no consiguió vencer a Vargas (empataron por decisión mayoritaria) que mantuvo su cinturón y luego lo perdió por KO contra Berchelt. La matemática de la lógica, también conduce hacia el Alacrán.
Después o de inmediato - reconocido por Top Rank - se piensa en intentar hacer historia en las 135 libras y en ese caso - ¡vaya casualidad! - no pensaron en García ni en Linares, el elegido es Terry Flanagan. O sea, no son bobos, el pensamiento comercial los lleva a repetir "la Gran Canelo" y elegir al peor de los campeones ligeros. La misma historia de Saúl Álvarez cuando renunció al cinturón mediano para no enfrentar a Gennady Golovkin y decidió bajar a los súper welters para buscar ese cetro. Entre los monarcas estaban Erislandy Lara, Jermall Charlo y Liam Smith. El tapatío eligió al más debilucho: el británico Smith.
Habrá que esperar para conocer que ruta elegirá Vasyl Lomachenko en su viaje a las estrellas. El trayecto feliz y sin complicaciones frente a rivales a modo o asumirá las expectativas que su boxeo despierta tomando los mayores riesgos y probándose contra los mejores. Nunca más oportuna la vieja frase: "amanecerá y veremos"
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