BOXEO TOTAL: "Mala sangre", como me lo contó Fausto Miranda

martes, 4 de abril de 2017

"Mala sangre", como me lo contó Fausto Miranda

"Mala sangre", como me lo contó Fausto Miranda
Yo iba a casa de Fausto Miranda con regularidad, tenía presente, de alguna forma, contribuir a llenar un poco con mi visita el vacío, la soledad y la tristeza en que se sumió después de la muerte de Hilda, su fiel esposa y compañera por más de 60 años. Fausto falleció en Miami a los 92 en plenitud de facultades mentales; pero abrumado por la pérdida de su esposa y rendido ante las enfermedades, casi todas producidas por su avanzada edad. Una tarde, en que hablábamos de la última Serie del Caribe en que participara un club cubano, 1960 en Panamá, los Elefantes del Cienfuegos, la cual el venerable cronista transmitió hacia Cuba como comentarista junto a Gonzalo López Silvero, de pronto, sin ton ni son, me dijo: "Pascual, yo estuve en el "Garden" en "ringside" por mi periódico el 24 de marzo de 1962"¿Ah, si? y la leyenda, acaso porque me vio cara de completamente despistado ante el asunto; pero con interés imposible de esconder, se decidió a desandar una página de la historia del boxeo cubano, a su manera, es decir, con total y absoluta credibilidad; página que quedó en los anales de Fistiana como una tragedia de proporciones incalculables, porque fue vista por millones a través de la televisión y porque, como consecuencia de los golpes recibidos de parte de Emile Griffith, perdió la vida y la faja wélter del mundo Bernardo Paret.
"La tarde de ese día me preparé temprano para asistir al "Garden", como casi siempre hacíamos, mi amigo desde los tiempos en que era nuestro vecino en Puerto Padre, Eloy Buxo "Buck" Canel, pasaría a recogerme en su auto...todo ocurrió igual que siempre". La pelea por el campeonato mundial wélter entre Griffith y Benny Paret sería televisada "de costa a costa". El cubano era un peleador hecho para que le gustara a la clientela televisiva: valiente, resistente y una máquina de tirar golpes y todo el mundo sabe que el boxeador que no tira ni gana ni gusta en televisión. "Alrededor de esta pelea-continuó la leyenda viviente del diarismo deportivo cubano- se pretendió encender lo mas posible el ambiente de odio que, desde el primer encuentro, nació como consecuencias de los desafortunados comentarios de Paret hacia la orientación sexual del americano de Islas Virgenes, que tuvieron origen en la circunstancia de que Griffith había trabajado en una factoría de sombreros femeninos en Nueva York. Un trabajo como otro cualquiera que, cuando se realiza con dignidad y respeto, nadie tiene que inclinar la cabeza por desempeñarlo".
"Hubo una pelea que nunca se debió tomar para Paret y fue la que efectuó como retador de peso mediano contra el fortísimo Gene Fullmer poco antes del "bout" con Griffith que, si bien no era técnicamente hablando como el cubano, lo superaba en fuerza y en resistencia por la clásica milla: la pelea Fullmer-Paret, más que un error fue un abuso; en ese pleito, el oriundo de Utah tiró 3 veces al villareño antes de noquearlo; sin dudas que quedó lastimado y con secuelas de aquella golpeadura salvaje." "Griffith salió ampliamente favorito en los corredores de apuestas -continuó Fausto-, para Buck Canel y para mi, también estaba en plano de favorecido; sin embargo, Paret no perdió tiempo para ofender otra vez a Griffith llamándole "marica" en el pesaje, lo que repitió encima del ring y se oyó por nosotros en "ringside"; el ambiente estaba raro y pesado y la cara de Griffith daba la sensación de que se tomaba muy en serio las ofensas, si podía, con seguridad que haría lo que hizo" "Aunque se ha culpado siempre al réferi Ruby Goldstein, lo cierto es que su intervención tardía la justifica que poco antes había sufrido un ataque cardíaco, por lo que temía el esfuerzo al romper el "clinch"; no obstante, cuando trató de apartar a Griffith de Paret, no pudo hacerlo".
Según Fausto, "la pelea comenzó bien para Paret, con relativo dominio durante la primera mitad, incluso tiró a Griffith en el sexto, pero se veía que se le iban las piernas al perder fuerza y resistencia, acaso la secuela de la pelea previa contra Fullmer..." Entonces ocurrió: "Griffith, al que nunca antes se le había conocido como un fuerte pegador ni como abusador del ring, sino todo lo contrario, hizo retroceder a Paret a una esquina con una potente derecha y allí le acorraló". "Millones por televisión y 8,000 de cuerpo presente en el "Madison Square Garden", se dispusieron a presenciar una verdadera masacre: en la esquina, Griffith le conectó dieciocho feroces golpes de odio a la cabeza al gladiador cubano, que colgaba enredado en las sogas sin poder caer y a merced de su victimario.
Buck Canel y yo gritamos para que se detuviera la carnicería, pero el temor de un Goldstein enfermo del corazón pudo más que la piedad...el cubano recibía, uno tras otro, poderosos golpes de un pugilista que, acaso poseído por el Diablo esa noche, castigó con tres veces su verdadera potencia a un contrario, ya moribundo, que había osado ofenderlo". "Cuando al fin el réferi logró quitarle de encima a Griffith, Paret no tenía respuesta ni como boxeador ni como ser vivo; entonces, casi al unísono, Buck y yo nos dijimos: ese hombre esta muerto". Benny Paret fue llevado al Hospital Roosevelt, donde se le practicó una operación cerebral de emergencia; pero, su estado de gravedad extrema, concluyó diez días después con su muerte física...Tenía 25 años de edad.
 
 
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