Por Andrés Pascual
Demasiado el peso, la estatura y el alcance; aunque Alexander Povetkin, de 39 años y récord de 34-2, 24 KO’as, ex campeón de la Asociación cuya única perdida había sido con Wladimir Klitschko, puso la tónica encaminada a dar una sorpresa durante los primeros cuatro rounds, el esfuerzo contra Anthony Joshua (22-0, 21 KO’s), quedó en brindarle a la concurrencia un rato fugaz de interés en la pelea que concluyó hace menos de una hora.
El caso fue que en el primero logró cimbrar al Goliath inglés con una combinación de tres golpes, dos ganchos y derecha recta a la cara y cabeza, lo repitió en el segundo con otros dos ganchos, pero no pudo, imposible para tan descomunal diferencia de “carapacho”.
El gigantón británico, de 28 años, 6’6 y 256 libras, se recuperó y tiró con más puntería en el 5to y 6to, entonces tumbó a Povetkin a los 1:58 del 7mo, que demostró valor y determinación, pero le faltó el tamaño, o mejor, una honda un poco más larga con una piedra más pesada.
Estamos en la era del Polifemismo irremediable, del pesaje “el día antes”, que descontrola y anula la categoría por la que pelean y lo hacen hasta con 15-20 libras de diferencia del peso pactado.
Joshua mantuvo sus fajas mastodónticas FIB, OIB, OMB y AMB ante 83,000 fanáticos en el Wmbley, Inglaterra. Las apuestas 10-1 por Joshua, como decimos en Cuba, “de a huevo culeco y salchichón”.
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