Photo Credit: Tom Hogan – Hogan Photos/Golden Boy Promotions
Lo sabía Mauricio, lo sabía Nacho, lo sabían ambas familias, lo sabía Maxi, el perrito de mi nieta…quizás porque es imposible perder todas las esperanzas en un hijo, se confundió Julio.
Julito no dio más de lo que hizo anoche contra el Canelo Alvarez porque no pudo, porque no tiene la clase que exige la disciplina como para que esa pelea fuera una de las muy esperadas grandes batallas del ring que, por motivos de sobra conocidos, no abundan.
En peso acordado y ambos cumpliendo el requisito, siempre es peor para el que debe bajar a encontrar el fiel en el punto indicado y Chávez jr lució fuerte, en trainning, pero eso no decide, en el boxeo hay que tirar o no se puede ganar.
Asombra cómo el promotaje y la prensa que cubre el boxeo y pagan por la izquierda hacen maravillas, desde infundar criterios que averguenzan, a crear animadversión entre dos peleadores.
La ausencia de clase ha minado la capacidad de resistencia de una disciplina que merece mejor tratamiento: el pugilismo está en condición deplorable, porque así lo tienen quienes lo manejan, mucho dinero, para casos como este, significa poca brillantez en el ring otras tantas veces.
Y una parte del público mexicano alimentó a los ladrones y pagó el precio por la osadía: EN LOS ANALES DE FISTIANA, LA PELEA CHAVEZ JR vs CANELO ÁLVAREZ HA SIDO UNA DE LAS TOMADURAS DE PELO MÁS GRANDES JAMÁS PRODUCIDAS.
El público hispano en general mordió el anzuelo y “allá el PPV”, que le sacó el dinero del bolsillo a todo el mundo; se habla de un millón o más de compras. Señores, es un desparpajo la forma como se acorrala y subvalora el fanático de hoy, da pena.
Julio César Chávez jr no tiene instinto de boxeador, no tiene idea de para qué es el jab y a estas alturas se le considera un veterano del ring, no de mil batallas, sino de un par y muchas palas.
Tan mal lució Julito que hizo a Canelo un dechado de virtudes técnicas, un boxeador en sparring que probó con facilidad y efectividad meridiana cada golpe que existe en la disciplina.
Hace un tiempo, el junior dejó a Maravilla Martínez ganar 11 rounds porque no tiró ni el jab ni ningún otro golpe, faltando 15 segundos golpeó al argentino con fortaleza y lo derrumbó, pero se interpuso la piadosa campana y salvó a Sergio de un nocao casi seguro.
Anoche no pudo hacerlo con Canelo, porque este peleador no solo es muy fuerte, sino que está perfectamente bien de sus piernas y el argentino tenía lastimadas las rodillas.
El veredicto unánime 120-108 fue ingrato, el pleito debieron pararlo y anotarle otro nocao a Canelo, que lo mereció porque hizo lo que acostumbra, tirar mucho y golpear con efectividad sin ningún tipo de compasión.
Mirando el sparring de Las Vegas me preguntaba ¿Cómo es posible que se arriesguen a hablar de cubanos aburridos?
Ayer se vio claro que el problema de los antillanos que no encuentran peleas no tienen nada que ver ni con bostezos ni con aburrimientos.
Anoche el promotaje, único ladrón del boxeo, volvió a robar, esta vez al público CONSCIENTE DEL ATRACO.
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