ALVARO CARRERA
Un asalto puede cambiar todo en el boxeo. En el caso de Alfredo Evangelista fueron quince, los mismos que resistió a Muhammad Ali. Tenía 22 años y dieciséis combates cuando firmó el combate. Ali contaba con 35 primaveras y un reinado como campeón mundial por dos divisiones (CMB y AMB) de tres años, derrotando entre otros a Foreman, Frazier o Norton. Poco le importó a Evangelista, que tras la rúbrica la pelea claro su arrojo. “Ali es un viejo. Acabaré con su reinado”, sentenció. Como era habitual, Ali se rió a carcajadas, “te destruiré en el quinto asalto”, replicó.
Evangelista no había preparado nada, de hecho se enteró del combate camino a Estados Unidos. “Me habían comentado la posibilidad de medirme a Ali, pero después no me repitieron nada. En marzo del 77 me monté a un avióndirección Francia para firmar el Europeo, o eso creía yo. Cuando estaba sentado, a punto de despegar, me lo dijeron. Vamos a Nueva York, la firma es para pelear con Ali. Me quedé helado, ¡vaya viaje!”, rememora Evangelista con su característico acento charrúa, el cual no ha perdido tras casi medio siglo en nuestro país.
El anuncio del combate fue todo un cambio en la vida del púgil de Montevideo. “Llegué a Nueva York y tenía una limusina esperándome. ¡Parecía el campeón! Cuando regresé a España hice la preparación en Los Ángeles de San Rafael, y tenía un medico para mí solo a diario. Nunca pensé cuando vine de Uruguay que viviría eso”, apunta. El 16 de mayo de 1977 llegó, Evangelista se puso cara a cara ante Ali.Han pasado cuarenta años, pero al rememorarlo Evangelista, se vuelve a ver en el ring.
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