No es cualquier título vacante el que disputarán este sábado en el Kissimmee Civic Center de Kissimmee, FL, y por la aplicación de ESPN+, el puertorriqueño Christopher “Pitufo” Díaz (23-0 con 15 KOs) y el japonés Masayuki Ito (23-1-1 con 12 KOs).
Como mejores clasificados en el ranking de los súper plumas de la OMB, para ambos se generó la posibilidad de pelear por el cetro que dejó vacante el mejor libra por libra del planeta, el ucraniano Vasyl Lomachenko, cuando subió al peso ligero, donde se consagró campeón.
La batalla de este sábado enfrenta a dos escuelas tradicionales del boxeo, en un muy definido choque de estilos, donde el botín será lo que perfectamente podría ser catalogada como “la herencia de Lomachenko”. Ese será el valor agregado de una pelea que luce sumamente atractiva, por la confluencia de un factor poco usual: la dificultad de vaticinar un vencedor en lo previo.
MASAYUKI: TECNICA, DESPLAZAMIENTO Y VELOCIDAD
El nacido en Tokio es un oponente que plantea muchos riesgos para Díaz, especialmente porque su estilo de pelea parece el apropiado para ajustar rápido y aprovecharse del estilo del puertorriqueño. Ito es un púgil de boxeo consistente, altamente técnico y de un poder de golpeo en plena evolución positiva.
Desde su única derrota, el 9 de febrero de 2015, por decisión mayoritaria ante el actual campeón asiático de las 130 libras, Rikki Naito, Masayuki ha hilvanado siete victorias consecutivas de las cuales cinco fueran resueltas por TKO. Ese dato estadístico dice mucho sobre el actual momento del japonés.
Ito camina muy bien el ring, especialmente en su desplazamiento lateral siempre girando hacia la mano menos poderosa de su rival. Si le ponen presión puede sorprender con un cambio de trayecto y no duda en retroceder como medida estratégica. A esa capacidad de movimientos, suma un jab altamente efectivo que tanto le permite controlar su zona defensiva como iniciar allí su trabajo ofensivo.
Es paciente, en general aprovecha su mejor alcance de brazo para soltar su artillería habitual desde la distancia completa y sorprender entrando a la media o corta distancia a dejar combinaciones rápidas y de poder. En esos momentos, entra con la izquierda en punta y la derecha abierta por afuera o en gancho por la calle central. Mientras trabaja desde la distancia, suele insistir con el recto de izquierda a la zona media y si el rival le cede iniciativa, tiene capacidad de abrumar con muchos golpes en secuencias de pura velocidad.
Como lo sugiere el alto número de peleas resueltas por la vía del TKO, Masayuki Ito no es un púgil que liquide sus peleas con un solo trallazo. Lo suyo es un trabajo metódico, de menos a más. Va minando a sus rivales con su golpeo quirúrgico hasta que lo considere listo para el asalto final y los destruye con andanadas veloces de golpes de poder.
Técnico, rápido y además, muy inteligente, así es el rival de Christopher Díaz.
“PITUFO” DIAZ: PRESION, PODER Y ASIMILACION
Así como Ito plantea riesgos para Díaz, el puertorriqueño puede ser una trampa diabólica para el boxeo espiritual del nipón. Vamos a entendernos. Masayuki se ha manejado siempre con soltura ante rivales que quizás le pusieron la misma presión que “Pitufo”, pero ninguno tuvo tanto poder de golpeo como el puertorriqueño. Por ello esta pelea luce tan complicada para los vaticinios.
El puertorriqueño apodado de Pitufo, por paradoja humorística, no encontraría el sobre apodo adecuado dentro de la comunidad de hombrecillos azules. Pitufo “Gafotas” o “Bromista”, “Valiente”, “Goloso”, “Gruñón”, “Manitas”, “Poeta”, “Perezoso”, “Labrador”, etc. El puertorriqueño, en ese mundo de fantasía creado por Pierre "Peyo" Culliford, quizás, sería conocido como “El Pitufo arriesgado” o "El Pitufo osado”. Porque así es su estilo, osado y arriesgado, donde se apuesta al poder y se confía en la asimilación.
Su boxeo tiene una sola marcha, pone presión a puro golpe de poder o retrocede, se bloquea hermético y absorbe lo que sea. Y es por allí donde podrían empezar sus problemas con Masayuki Ito. El japonés es peligroso para quien le cede espacio y le permite golpear, ya que suele colocar muy bien los ganchos por afuera al hueco de las costillas, un área que Pitufo nunca termina de cubrir en esos momentos.
La otra característica de Díaz que podría favorecer al boxeo del japonés es su nula utilización del jab. El puertorriqueño “no pierde tiempo” jabeando. La suelta la izquierda recta para sorprender, achica y busca lastimar con combinaciones de poder en corto.
Presión, golpeo duro, retroceso, bloqueo, presión, golpeo duro, retroceso y bloqueo. Es el tic-tac de su estilo que ante Ito, puede ser malo debido a las características técnicas del japonés, pero puede ser muy bueno para mantenerlo siempre en movimiento para escapar de sus golpes de poder.
¿QUE PELEA VEREMOS?
No hay misterios en este departamento, es un choque de estilos. El fajador contra el estilista. El que puede noquear con una sola combinación (Díaz) y el que tiene herramientas para destruir a su oponente en “cómodas cuotas” (Ito).
Bajo esa definición, imaginamos al mismo puertorriqueño de sus recientes peleas, plantado en el centro del cuadrilátero desde el primer asalto, iniciando sus combinaciones con la izquierda arriba y la mano pesada, su derecha, buscando hacer daño temprano a la zona media, por afuera o a la zona alta del nipón.
La deferencia esta vez, no obstante, es que Masayuki Ito lo supera en alcance y es muy efectivo en el uso del jab. Christopher Díaz deberá dar un paso adelante, tendrá que tomar riesgos entrando y habrá segundos en que se verá expuesto al contragolpe. Su asimilación será puesta a prueba en más de una ocasión.
El japonés trabajará la pelea de menos a más, sin desesperarse. Se moverá siempre hacia el hombro izquierdo de Díaz, establecerá el cerco defensivo con el jab, aprovechará las franquicias que le otorgue el rival para soltar golpes desde la distancia y por momentos recurrirá a su velocidad para sorprender con combinaciones en la corta o media distancia.
Es difícil vaticinar en ese escenario para que lado se volcará el combate. Mi presunción es que si “Pitufo” logra lastimar temprano, si consigue llegarle con algún trallazo de poder y lo conmueve, la pelea tendrá un giro dramático a favor del puertorriqueño. Ahora, si ese golpe no llega y le permite al nipón que construya su trabajo lento de destrucción, cuanto más avance la batalla, más complicada será para “Pitufo”.
En resumen, los riesgos que decida tomar pueden ser la clave del resultado: si acierta un buen golpe o si no acierta y el riesgo se convierte en errores aprovechados por su oponente.
Es un choque de estilos con todo lo que ello significa, un combate parejo y presumiblemente muy competitivo. Lo puede ganar cualquiera y ese factor, es la mejor invitación a ver esta pelea donde se decide el heredero del título que dejó vacante Vasyl Lomachenko.
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