El ex campeón mundial mediano de la AMB, Daniel Jacobs (32-2 con 29 KOs) , regresa a la acción este sábado en la primera pelea de su flamante contrato con Matchroom Boxing y HBO. Enfrentará al invicto nacido en Milwaukee, Luis Arias (18-0 con 9 KOs), en una batalla a doce asaltos en el Nassau Coliseum de Uniondale, NY. Para Jacobs todo apunta a que este combate es el inicio de un camino que apunta a terminar en alguna batalla contra Saúl "Canelo" Álvarez o una revancha contra Gennady Golovkin. Para Arias, la cabe apenas el papel de actor secundario y la obligación de buscar sorprender al mundo con una victoria que nadie espera.
Jacobs es poca cosa más alto que Arias, al que también supera en edad y experiencia. Arias, al que apodan de "Cuba", nació en Milwaukee, Wisconsin, tiene padre cubano, madre nicaragüense y su última pelea fue la que lo trajo a los primeros planos. El pasado 17 de junio en Las Vegas, bajo el Ward-Kovalev 2, detuvo al ruso Arif Magomedov en cinco asaltos. Ese día el mundo supo de su existencia, pero, ¿será suficiente esa victoria para esperar que su boxeo sea un problema para Jacobs?
JACOBS Y LA OBLIGACION DE SER CONTUNDENTE
No es un invento señalar que Daniel Jacobs inicia en esta pelea un nuevo camino en su carrera. Es que su historia ya es digna de dos novelas. La última, terminó en su última pelea, cuando perdió ante Gennady Golovkin una batalla que muchos le vieron ganar y la primera finalizó cuando le descubrieron un tumor canceroso alrededor de su espina dorsal.
Fue el momento más terrible de su existencia porqué hubo más que eso por esos días. Primero perdió a su abuela, la mujer que lo crió y marcó el rumbo de su existencia. Días después, sufrió su primera derrota, un doloroso KO ante Dmitry Pirog en el Mandalay Bay de Las Vegas y luego, el tumor canceroso que obligó a una cirugía e incontables rondas de quimioterapia. Cualquier cosa pudo ocurrir con la vida de Jacobs, hasta peligró perder gran parte de la función nerviosa de sus piernas.
Dieciocho meses se mantuvo alejado del ring y volvió para iniciar esa segunda historia en el boxeo, que le permitió un título AMB y luego un combate competitivo contra GGG, donde muchos lo vieron vencer. Pareció esa derrota el fin de un cuento, el final del Ave Fénix. Como que no había margen para empezar de nuevo, pero digno sobreviviente al fin, Daniel Jacobs va de nuevo por la gloria y con le meta puesta en las grandes figuras de la categoría. Arias será el primer escollo y deberá vencerlo sin dejar ningún tipo de dudas. Sus expectativas le ponen presión a su desempeño y esta parece la última de sus vidas en el boxeo.
Arias es un rival de boxeo inteligente y trabaja muy bien sobre piernas, especialmente cuando rompe su ritmo y entra con una combinación de recta y derecha volada por afuera o en punta por adentro. Es paciente, se cierra muy bien en defensa y sabe aprovechar los errores del rival para lanzar sus golpes por sorpresa. No se siente incómodo en la pelea en corto, aunque prefiere trabajar desde afuera del anillo controlando la distancia con el jab. Coloca muchos golpes de poder, aunque la dinamita en sus puños parece tener poder limitado, sin embargo en su última pelea, su derecha en la corta destruyó a Magomedov dejando una impresión diferente sobre su poder de fuego. Ese final, ha cambiado la percepción sobre su boxeo y mucho deberá tenerlo en cuenta Jacobs a la hora de tomar precauciones.
ASIMILACION DUDOSA, EL TALON DE AQUILES DE JACOBS
No es un misterio el mayor problema de Daniel Jacobs: su asimilación. Cada vez que le han llegado a la barbilla, o se fue a la lona o perdió el balance defensivo. Alcanza con recordar aquél KO que le propinó Dmitry Pirog en el quinto asalto o la impresionante izquierda al mentón con la cual Sergio Mora lo mandó a la lona en el primer asalto o la derecha que le conectó GGG en el cuarto episodio para sembrarlo en el ring.
Ante esa realidad, es normal esperar que Daniel Jacobs ante Luis Arias aproveche su pequeña diferencia en extensión de brazos para imponer su distancia y evitar que el rival consiga establecerse a intercambiar dentro de su territorio. Es el único momento en que Arias es peligroso y seguramente los ajustes defensivos de Jacobs buscarán anular ese peligro.
Ya en ofensiva las diferencias favorecen notoriamente a Jacobs. Su capacidad para desplazarse sobre el ring le permitirá crear rutas hacia los ángulos para enviar desde allí sus golpes más peligrosos. Jacobs es rápido y puede variar la zona de sus impactos, es decir, habrá que esperar que busque lastimar arriba y también a la zona media de Arias. Tampoco esperemos ver una presión permanente sobre el hombre de Milwaukee, habrá momentos en que Jacobs esperará o retrocederá para tomarlo entrando o de contragolpe, una de sus principales herramientas.
Durante los primeros cuatro o cinco episodios, es posible que ese sea el escenario del combate. Si no hubo alguna sorpresa "de otra palea" por parte de Arias, una vez Jacobs encuentre su ritmo y haga los ajustes pertinentes, la pelea debería llegar hasta donde "Miracle Man" se lo proponga. La diferencia a su favor en experiencia y el peso de las estadísticas son lapidarias para cualquier esperanza de Luis Arias.
Luego de aquella lejana derrota frente a Pirog, en julio del 2010, Daniel Jacobs ganó doce peleas consecutivas por la vía rápida hasta la derrota de su último combate contra Gennady Golovkin, donde si bien los jueces le otorgaron la victoria unánime al kazajo, el pleito fue más cerrado de lo que transmitieron los números en las tarjetas.
Luego de aquella lejana derrota frente a Pirog, en julio del 2010, Daniel Jacobs ganó doce peleas consecutivas por la vía rápida hasta la derrota de su último combate contra Gennady Golovkin, donde si bien los jueces le otorgaron la victoria unánime al kazajo, el pleito fue más cerrado de lo que transmitieron los números en las tarjetas.
Por primera vez, luego de veintitrés peleas, GGG debió esperar por la decisión de los jueces para saber que había vencido un combate, algo que habla a las claras del tipo de oposición que debió superar en esa pelea.
Ante Luis Arias, Jacobs debería regresar sin problemas a la victoria, seguramente lo hará por la vía rápida y posiblemente no más allá del octavo asalto. Luis Arias no tiene ni la experiencia ni parece tener el boxeo para conmoverlo, no obstante siempre es bueno recordar que en este deporte basta un solo golpe para cambiar cualquier pronóstico. Arias tiene esa respuesta, aunque de ocurrir será sorpresa. Como lo dice el título, esta pelea comienza un nuevo camino para "El Hombre de los Milagros", no hay espacio para aceptar una derrota y su destino tiene los nombres tatuados de Gennady Golovkin y Saúl "Canelo" Alvarez.
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