MÉXICO - Carlos Monzón ha sido considerado durante muchos años, quizá los 40 que cumple este domingo 30 de julio de haberse retirado, entre los 10 mejores campeones que haya tenido el boxeo latino, y casi seguramente como el mejor boxeador argentino de todos los tiempos.
Un 30 de julio de 1977, Monzón decidió irse por la puerta grande del boxeo después de haber disputado 100 combates profesionales con saldo de 87 victorias, 59 por la vía del cloroformo, tres derrotas, nueve empates y una sin decisión.
Debutó en 1963, perdió el invicto apenas en su novena pelea profesional en ese mismo año, y volvió a perder dos veces más en 1964, pero nunca más lo volvió a hacer. En total fueron 80 peleas más sin derrota, incluyendo 15 de campeonato del mundo en la división de las 160 libras.
Se coronó en 1970 derrotando a Nino Benvenuti al noquearlo en Italia en 12 asaltos de los 15 pactados.
Se consagró entonces como monarca de la Asociación Mundial de Boxeo y Consejo Mundial de Boxeo. Volvió a dar cuenta de Benvenuti en su primera defensa y fue sumando nombres, unos grandes y otros no tan grandes, a su lista de víctimas.
Emile Griffith, Denny Moyer, Jean Claude Bouttier, Tom Bogs, Benie Briscoe, José Ángel ‘Manequilla’ Nápoles, Tony Mundine, Tony Licata, Gratien Tonna y Rodrigo Valdés figuraron entre sus derrotados en defensa de ss títulos mundiales de peso Mediano en lugares como Italia, Francia, Dinamarca, Mónaco, su natal Argentina y sólo una vez en Estados Unidos.
El final llegó a los casi 35 años de edad, había puesto el broche de oro a una carrera casi ejemplar que había dejado atrás sus problemas con la justicia tras una infancia dura. Era hora de disfrutar de lo que había cosechado con tanto esfuerzo sin saber que eso precisamente, la hora de disfrutar, sería su perdición.
Tras el boxeo la vida glamorosa continuó y un día, de acuerdo con los reportes, peleó con su esposa y ella perdió la vida en 1988, motivo por el que fue acusado de homicidio y condenado a 11 años de prisión.
Cuando cumplió seis, comenzó a tener algunas salidas con motivos de trabajo y reinserción a la sociedad, hasta que un 8 de enero de 1995 el auto en el que iba se se volteó y perdió la vida, siete meses antes de que fuera liberado.
En el recuerdo, quedan esos siete años de haber sido campeón del mundo, esos 10 nocauts en 15 victorias en peleas de título ecuménico, y obviamente la grandeza que siempre celebró la nación argentina, que hasta el día de hoy, lo sigue celebrando por su grandeza.
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