Con poder de pegada, Terence Crawford noqueó a Kell Brook en el cuarto round la noche del sábado en Las Vegas, dirimiendo una pelea que estaba siendo pareja.
En el poco tiempo que duró el combate, Kell Brook demostró que venía a pelear, y estaba luciendo. Se veía la vieja velocidad de Brook, punzante y certero con el jab, estaba provocándole problemas a Crawford. Pero el estadounidense definió el combate con poder.
El primer round fue totalmente de estudio, y con muy poca acción. Pero en el segundo capítulo, el combate se tornó interesante. Kell Brook empezó a trabajar de forma magistral el jab. Lo tiraba con velocidad y precisión, y Crawford no lograba quitarse ese golpe. El estadounidense intentaba contragolpes, aunque sin mucho éxito.
Al nota la efectividad que Brook estaba teniendo con el jab, Crawford decidió salir al tercer round peleando con guardia zurda. Eso ayudó a contrarrestar el jab de Kell Brook, que dejó de tirarlo, y empezó a utilizar el recto de derecha como primera mano. Crawford empezaba a despegar en el combate.
El desenlace llegó en el cuarto round, y fue una muestra del enorme talento que tiene Terence Crawford. Cuando Kell Brook quiso fintar un jab para cruzar con poder la mano derecha, Crawford le ganó la mano. Parecía estar esperando esa maniobra, y clavó un duro recto derecha sobre el rostro de Brook. El inglés se sacudió y trastabillando se fue contra la cuerdas. Crawford fue a rematarlo, pero el réferi detuvo la acción pues ya había registrado la caída. Contó de protección y se reanudó la acción. Brook parecía sacudido, y confundido. No parecía tener claridad sobre lo que había pasado.
Ahora sí, Crawford fue sobre Brook para terminarlo y lo noqueó. El inglés no ofreció resistencia, y el réferi Tony Weeks detuvo el combate.
Terence Crawford entregó una actuación dominante, fina. Ante un rival que estaba haciendo una pelea competitiva, Crawford ganó la pelea, porque tiene una onza más de talento y técnica que todos los demás peleadores.
Fue un triunfo que le da crédito a Terence Crawford, que le suma legitimidad, y que vuelve obligatoria una pelea grande para el estadounidense en su próximo combate.