Su espectacular golpe fue su sello característico que luego fue copiado por otros campeones del mundo.
NUEVA YORK. Escritorio de El Editor – Gerardo Mauras nació el 1 de junio de 1926 en un área cañera de Berrocal, Palo Seco, en Camagüey, Cuba. Poco tiempo después, luego del segundo matrimonio de su madre, fue rebautizado como Gerardo González, nombre por el que tampoco sería muy conocido.
En verdad, aquel niño negro y pobre pasaría a ser leyenda con el alias de Kid Gavilán, tras tejer una exitosa carrera de 16 años como boxeador profesional (1943- 1958), en la que cosechó 108 victorias, 28 de ellas por la vía rápida, contra cinco empates y 30 derrotas. Algunos afirman que se trató del mejor peso wélter cubano de todos los tiempos.
Medía 179 centímetros de estatura y se destacaba por su esquiva, la velocidad de piernas y brazos, así como el dominio del bolo punch, una especie de gancho tirado de arriba hacia abajo con el fin de romper la guardia de los rivales. Sin embargo, su cualidad más notoria fue la asimilación, pues jamás cayó noqueado sobre el ring y solo cuatro oponentes pudieron tirarlo por segundos a la lona.
Comenzó su carrera profesional el 5 de junio de 1943, cuando ganó a Antonio Díaz por decisión en 4 rounds en La Habana.
Después de 14 combates, dejó Cuba y peleó ante Julio César Jiménez por primera vez fuera de su país, ganando por decisión en 10 asaltos en México.
Después de 14 combates, dejó Cuba y peleó ante Julio César Jiménez por primera vez fuera de su país, ganando por decisión en 10 asaltos en México.
Demostró su valía además, en Argentina, pero fue en rings de los Estados Unidos donde alcanzó los más sonados éxitos, como el 18 de mayo de 1951, cuando venció por puntos a Johnny Bratton, en Nueva York, para ganar el título de campeón mundial de los pesos welters.
A partir de entonces Gavilán fuel el rey de su división hasta el 20 de octubre de 1954 en Filadelfia, fecha en la que Johnny Saxton, le venció en una pelea arreglada en su contra, según se conoció años más tarde.
Trigueño, estilizado, bailarín en el ring, fue el introductor del famoso bolo punch (un golpe heterodoxo, largo, que empezaba como un ventilador y llegaba al plexo) ya tenía marca registrada. Años después lo copiaría Sugar Ray Leonard.
Trigueño, estilizado, bailarín en el ring, fue el introductor del famoso bolo punch (un golpe heterodoxo, largo, que empezaba como un ventilador y llegaba al plexo) ya tenía marca registrada. Años después lo copiaría Sugar Ray Leonard.
Gavilán también hizo historia para el estado de la Florida, su pelea en defensa de la corona contra Bobby Dykes, el 4 de febrero de 1952, en el Miami Stadium marcó el fin de la llamada color line, prohibición que impedía las peleas entre blancos y negros. Ese día le ganó al púgil norteamericano en 15 rounds.
En la octava defensa del títulomundial, Gavilán perdió la corona ante Johnny Saxton, en 1954. Pero retornó a Buenos Aires y en 1955 le quitó el invicto a Cirilo Gil, el formidable mendocino, campeón de los welters. Y, al fin, perdió la revancha con el Zurdo Lausse. Pero el cubano ya no era el mismo. Un año antes, con una mano lesionada, había caído ante Carl Bobo Olson en su intento por conseguir el título de los medianos, en Chicago.
El ciclo del gran campeón fue decreciendo hasta su retiro en 1958, tras 15 años. Había realizado 143 peleas de las que ganó 107 (sólo 28 por nocaut), empató seis y perdió 30. Algunas de sus derrotas fueron memorables, como las dos ante el legendario Sugar Ray Robinson. El mismo Robinson reconoció que la segunda la había perdido. Y Muhammad Alí, cuando todavía era Cassisus Clay, aprendió de él los primeros secretos de la sincronización de brazos y piernas que lo hicieron famoso, en un gimnasio de Miami.
Una de las últimas presentaciones del ex boxeador fue en una ceremonia que rememoró su carrera en el Auditorio Mahi, en Miami.
“Pasé momentos difíciles, pero tengo fe en Dios”, dijo en esa ocasión. “Le hablo todos los días y eso me ayudó a ganar mis batallas”.
Gavilán se casó varias veces y estaba distanciado de algunos familiares.
Los últimos años de Gerardo González fueron penosos. Una creciente ceguera le anuló la visión del ojo derecho. Su diferencia ideológica con Fidel Castro lo obligó a a dejar Cuba y viajar como refugiado a Miami, en 1968. Y allí pasó los últimos años de su vida con su hija Dimitris y su nieta Gianna. Casi ciego y afectado por el Parkinson y el Ahlzeimer, empezó revivir sus recuerdos entrecortados, como una gloria ajena.
Kid Gavilán murió a los 77 años de edad en Miami, Florida, Estados Unidos, el 13 de febrero de 2003./EL EDITOR/SECCION: GLORIAS DEPORTIVAS.
** FUENTES: Cadenagramonte.cu / Clarin.com / Eluniverso.com / Files / Es.wikipedia.org
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